La policía nacional investiga la muerte de un hombre de 36 años, natural de Albaida, cuyo cadáver fue encontrado la mañana de ayer martes en el piso de Ontinyent donde vivía de alquiler.
La Policia Nacional entraba en el primer piso del nº 59 de la Avenida Almaig de Ontinyent alrededor de las 12:30 de la mañana de ayer, avisados por los vecinos por el hedor que emanaba del domicilio, y acompañados por el propietario de la vivienda 
La policia encontró la casa revuelta, con señales que apuntan hacia un robo y el cuerpo del fallecido sobre la cama atado con las manos a la espalda y con una bolsa en la cabeza, apuntando a la asfixia como la causa de su muerte, la cual pudo producirse hace 2 o 3 semanas, coincidiendo así con las fiestas de la localidad. Los agentes confirmaron que se trataba de una muerte violenta por lo que acudieron a la vivienda el grupo de Homicidios de Valencia, el juzgado de guardia de Ontinyent y el forense.
El cuerpo sin vida, cuyas iniciales son M. M. T., natural de Albaida, de 36 años trabajaba hasta hace pocos meses en Bocairent.
Durante el día de ayer, los investigadores tomaron declaración a los vecinos, además de rastrear las cámaras de seguridad del entorno del edificio en busca de posibles imágenes de los sospechosos, iniciando también las gestiones a partir del teléfono móvil de la víctima.
Fallecido hace más de dos semanas
Según las primeras observaciones, y a la espera de los resultados de la autopsia, el forense estimó que por el grado de putrefacción del cadáver, el fallecimiento podría haberse producido hace 2 o 3 semanas.
El equipo de la Policía Científica buscó huellas en la bolsa que cubría la cabeza del cadáver, así como en las superficies lisas que pudieran haber servido para que quedasen impresas las huellas del implicado o los implicados en la muerte de la victima.
El juez ordenó el levantamiento del cuerpo y su traslado al Instituto de Medicina Legal de Valencia, donde hoy se le practicará la autopsia para confirmar la hipótesis inicial de la causa de la muerte. Además, se pedirán pruebas toxico-lógicas y químicas, como es habitual en las muertes violentas.
La Policía Nacional está tratando de averiguar si el fallecido guardaba una cierta suma de dinero en su casa y si se citó con alguien que conocía de antemano esa información.
