La Junta Directiva de COEVAL ha mostrado su rechazo a las últimas medidas adoptadas por el Gobierno en materia energética, tanto por la seria elevación de costes que suponen como por la inseguridad jurídica que en un país como España suponen los continuos cambios de marco normativo que en materia de energías renovables llevan produciéndose en los últimos años, haciendo inviable el desarrollo de un sector económico en el que nuestro país podría tener un destacado papel, impidiendo igualmente el impulso de fórmulas de eficiencia energética como el autoconsumo.
La gravedad del tema se acrecienta en las circunstancias económicas actuales en las que el vital apoyo a las pymes para que puedan crear empleo se contradice con hechos continuos de subidas en los costes energéticos, que en muchos casos, especialmente en el terreno industrial se ha convertido en materia prima para la empresa. Sirva como ejemplo que apenas un mes después de la entrada en vigor el 1 de julio de un incremento del 1´2 %, el próximo sábado 3 de agosto entrará en vigor la subida extraordinaria del 3´2 % anunciada por el Gobierno para intentar acabar con el llamado déficit de tarifa. Con ello la tarifa ha subido un 63 % entre 2003 y 2011, hasta el punto de convertirse en la más cara de la UE solo por detrás de Irlanda y Chipre.
Por todo ello y por la preocupación que genera en la industria comarcal la Circular de la Comisión Nacional de la Energía(CNE) informando sobre la metodología para el cálculo de peajes de transporte y distribución de energía, el Presidente de COEVAL, Rafael Pla, al igual que ha hecho la Presidente de IBIAE, Soledad Gutiérrez, ha dirigido una carta a Alberto Lafuente, Presidente de la CNE, Ente Regulador de los sistemas energéticos, en la que expresa su malestar, en nombre de COEVAL, ya que “ el cambio en el calendario horario que Vds. pretenden implantar supondría, según los expertos, un incremento del coste eléctrico entre un 8,50% y un 11% que, a su vez, redundaría en un aumento de los costes de los productos y los servicios que restarían aún más la competitividad con otras empresas ubicadas en otros países. Cuando desde los gobiernos y las administraciones se nos propone, como medida necesaria para salir de la situación económica en la que nos encontramos, que debemos salir a competir en otros países, entenderán que es muy difícil hacerlo ya con los costes actuales, ni que decir si, además, los seguimos incrementando”
